¿PSD2 serán necesarios los bancos en el futuro?

octubre 10, 2018

Nos hemos acostumbrado a que los cambios en los sectores económico y tecnológico vayan tan rápidos, que una nueva forma de hacer las cosas sustituye a la antigua sin que el consumidor haya tenido tiempo de digerir el cambio (o de plantearse si lo realiza; es decir, a menudo, nos subimos a trenes que ya están en marcha y han empezado a acelerar). En este blog, hablamos de un cambio de modelo que afecta a ambos sectores a la vez, economía y tecnología, así que la aceleración está garantizada: la adopción y uso, por parte de un segmento muy amplio de consumidores, de la oferta FinTech (servicios financieros que han nacido apoyándose en la revolución digital y las nuevas tecnologías) se está produciendo, se seguirá produciendo y no dejará de crecer en los próximos años.

Un cambio propiciado por una regulación: PSD2            

Aunque las leyes suelen ir por detrás de la vitalidad de los sectores económicos y de la iniciativa emprendedora (y esta vez no ha sido diferente), sí es cierto que la Unión Europea no ha tardado demasiado en sumarse a animar (y regular) el fenómeno FinTech y las nuevas realidades de ofrecimiento y adquisición de servicios financieros.

La actualización de la directiva de pagos europea, PSD2, pretende garantizar la seguridad de todos los jugadores (las entidades financieras tradicionales que cedan datos de sus clientes, previa autorización de estos; las empresas que utilicen una app FinTech en sus transacciones; y las propias startup FinTech que desarrollen y distribuyan los productos). Pero también tiene como objetivo impulsar lo que se conoce como Open Banking.

PSD2: estimular la competencia

El Open Banking convierte al consumidor de productos financieros (o sea, todos) en el propietario de sus datos (hasta ahora en manos, en régimen de exclusividad, de las entidades tradicionales, léase bancos). Y esa apertura a que nuevas entidades (con nuevas formas de hacer las cosas, más ágiles y más centradas en ofrecer servicios innovadores y de valor añadido) puedan operar en el sector, es una puerta abierta al aumento de la competencia.

La idea de fondo es permitir que el aire fresco que ha llegado al sector financiero encuentre un sitio permanente. Que el consumidor que ya escoge entre una amplia variedad de formatos (e-commerce, establecimiento físico tradicional, gran superficie, Marketplace digital…) para realizar sus compras en cualquier ámbito, no tenga que limitar a la gran banca su decisión cuando se trate de adquirir servicios financieros.

Entonces, ¿los bancos van a desaparecer?

Difícil pregunta. La respuesta, tratándose de un sector tan poderoso y consolidado, seguramente sea no. Dicho lo cual, eso no significa que las FinTech no vayan a comerse un pedazo importante del mercado financiero. Y, al mismo tiempo, esa realidad imparable obligará a los bancos a repensarse. De hecho, son ya muchas las entidades que han adquirido startup de tipo FinTech. También las que han desarrollado sus propias apps o las que han colaborado con startup para ofrecer productos a través de plataformas propias de la entidad. No obstante, la aplicación de la PSD2 (todavía quedan algunas cuestiones técnicas por implantarse en toda la zona UE de forma definitiva) y la evolución/adaptación del consumidor a la nueva oferta marcarán la evolución del papel de todos los agentes en el mercado, incluida la banca tradicional.

Aceptar el cambio o…

Por más que se intenten poner puertas al campo, el cambio que se está produciendo en el financiero (y en muchos otros sectores de la economía: transportes, cultural, alojamiento…) es disruptivo e imparable. Es como una bola de nieve a la que, por más que se le intenten poner frenos, acabará llegando a todas partes. Así que las entidades financieras tradicionales tendrán que aceptar que hay muchas actividades que antes eran su coto de caza exclusivo (préstamos, transferencias, divisas, trading, análisis financiero…) y ya no lo son. Y no solo eso: sus competidores a menudo, además de hacer lo mismo que ellos, lo hacen mejor (mejor, con interfaces más amables y centradas en el usuario, con mayor agilidad…). Así que, más que hablar de banco que desaparecen, hablaremos de bancos que se transforman y ceden espacio. En Unnax, ya hemos reclamado el nuestro y hemos tomado posesión. ¿Se lo contamos?

INFOGRAFÍA ECOMMERCE

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